miércoles, 26 de noviembre de 2014

Trilobites

Biosfera 2


biosfera2

Biosfera 2 es una estructura de 1,27 hectáreas [1] (3,15 acres) originalmente construida para formar un ecosistema artificial cerrado en Oracle, Arizona (EE. UU.) por Space Biosphere Ventures, compañía que cuenta como principales delegados con John Polk Allen y Margret Augustine. Construida entre 1987 y 1991, fue diseñada para comprender el complejo entramado de interacciones en un ecosistema, así como para estudiar la viabilidad de biosferas cerradas en la colonización espacial y permitir el estudio y manipulación de una biosfera sin dañar la Tierra. Su nombre se debe a estar modelada sobre una primera biosfera: nuestro ecosistema terrestre. Se financió principalmente a través de la compañía Edward Bass. El proyecto costó 200 millones de dólares y se prolongó de 1985 a 2007. Con un tamaño similar al de dos campos y medio de fútbol, constituyó el mayor ecosistema cerrado jamás construido. La naturaleza hermética de la estructura permitió a los científicos monitorizar la química del aire, el agua y la tierra contenida en ella. Asimismo, un equipo médico efectuó un seguimiento continuo del estado de salud de la tripulación humana. En su interior había una selva de 1900 m², un océano de 850 m² con un arrecife de coral, un manglar de 450 m², 1300 m² de sabana, un desierto de 1400 m², 2500 m² de tierras cultivables, un hábitat humano con alojamiento y oficinas, y ciertas instalaciones técnicas bajo tierra. Calefacción y agua fría circulaban por sistemas de tuberías independientes, y la energía eléctrica era proporcionada por una central de gas natural. En 2006 la estructura dejó de ser hermética y la finca, situada en una zona de ciudades dormitorio alrededor de Tucson, fue propuesta para su urbanización y conversión en futura comunidad residencial. [2] El 5 de junio de 2007, la propiedad, incluidas tierras circundantes con una extensión de 668 ha (1650 acres), fue vendida a una promotora de casas residenciales por 50 millones de dólares. Parte del terreno sería destinado a viviendas y a un hotel turístico. La reserva, no obstante, permanecería abierta para su exhibición. [3] . Para leer mas
http://es.m.wikipedia.org/wiki/Biosfera_2



sábado, 15 de noviembre de 2014

Esquema evolutivo para los primeros homínidos

El complejo árbol de la evolución humana se está modificando casi constantemente. Los descubrimientos son cada vez mayores, sobre todo en la última década del siglo XX. Ramidus, Anamensis, Anteccesor, Tumai... son algunos de las últimas incorporaciones. Este esquema muestra la configuración de este árbol evolutivo de los homínidos según Arsuaga y Martínez (del Proyecto Atapuerca). Homínidos somos todos los seres humanos actuales y todos los fósiles de nuestra propia línea evolutiva, desde que se produjo la separación con la línea del chimpancé, es decir, todas las especies que caminaron de forma erguida. Como puede verse hay todavía interrogantes y lagunas que poco a poco se irán rellenando gracias a la paciencia, tesón y a la fortuna a la hora de encontrar algún resto que de más información.


Mapa conceptual para repasar el Tema2

Mapa conceptual: El origen de la vida, la evolución biológica y evolución de los homínidos








Antes de la familia de los homínidos: Los primates - De la musaraña al ser humano

La musaraña es un pequeño mamífero semejante a un ratón, pero con el hocico más largo y puntiagudo.

Sabemos que 17 osos comen tanto como 170 monos; 100.000 musarañas tanto como 50 monos; 4 elefantes comen lo mismo que 10 osos. ¿Cuántas musarañas son necesarias para acabar con la comida de 12 elefantes?

Para comprende la evolución humana es necesario saber la clasificación taxonómica del hombre actual
REINO: Animal
FILUM: Cordados
CLASE: Mamíferos
ORDEN: Primates
FAMILIA: Hominidae
GENERO: Homo
ESPECIE: Homo sapiens
Ver categoría taxonímicas del hombre

De la musaraña al ser humano

Todos los primates actuales y extinguidos descienden de unos mamíferos muy semejantes a las musarañas. Éstas son pequeños animales de unos 7 cm, de hocico puntiagudo y espeso pelaje. Su nombre nos da mucha información, son "ratones arañas", y efectivamente, se alimentan de insectos, los cuales tienden a cazarlos por la noche. Dado que no desparecieron en la época de los dinosaurios, cabe, lógicamente, pensar en que buscaron la noche para evitar ser cazados por los grandes reptiles.
La extinción de los dinosaurios y otras especies abrió el campo a los mamíferos para "explotar" nuevos hábitats. De entre las "musarañas", que tomaron la decisión de subir a los árboles para refugiarse y buscar nuevos alimentos, descendemos todos los primates.

Aquellos que tenían características más adaptadas a la vida arborícola fueron los que sobrevivieron. Poco a poco, comenzaron a cambiar de aspecto para competir mejor con otros animales. Así, para trepar por los árboles y saltar entre ellos, las patas traseras se alargaron, los cuatro pies se transformaron en primitivas manos, los cinco dedos se desarrollaron más, con uno de ellos (el pulgar) que se oponía el resto para poder agarrarse más firmemente, por ejemplo a un tronco o a unas ramas. También aparecieron las yemas y las uñas en sustitución de las garras.

La vida en los árboles requería de una buena visión tridimensional, un error podía causar una caída mortal. Por eso los ojos se hicieron más grandes y se dispusieron en la parte más frontal de la cabeza. Paralelamente, para poder procesar bien las imágenes captadas se fue desarrollando el cerebro. Sin embargo, los olores no eran tan importantes y, en consecuencia, el hocico se fue acortando.


Todos estos nuevos caracteres fueron surgiendo por mutaciones que daban a los organismos que los portaban una mayor adaptación al nuevo medio arborícola. Por eso, fueron escogidos por la selección natural sobre los que presentaban todavía comportamiento de suelo.


Tras 30 millones de años la población de musarañas que comenzó la carrera se había transformado en los primeros primates. Son los lemures, loris y tarseros; también llamados primates inferiores. En algunas áreas de la Tierra, todavía quedan representantes de estos primates primitivos.


Pero hace 35 millones de años, una población perteneciente a los primates dio lugar, tras cambios en sus caracteres, a los superiores: los monos del Nuevo Mundo y los monos del Viejo Mundo. Estos últimos son los antepasados de los hominoides, el grupo formado por los simios y los seres humanos, con sus ancestros.


¿Cómo empezó todo?: el universo, la vida, el hombre, cada uno de nosotros…es la gran pregunta que mueve la ciencia y las principales inquietudes del ser humano En el caso del origen del universo la teoría del big bang, la de que todo se originó a partir de una gran explosión, es la más consensuada por la familia científica. Sin embargo, todavía sigue siendo un misterio para la ciencia qué es lo que había antes de esa gran explosión para que se pudiera crear el universo. El origen de la vida hace 3.800 millones de años fue producto de un proceso de reacciones químicas que dio complejidad a unas moléculas creando al primera forma de vida primigenia, a la que llamamos LUCA. Y en ese proceso la existencia de agua fue fundamental. Pero la gran pregunta es: ¿Hubo un único origen de la vida o hubo varios intentos hasta que triunfó lo que conocemos hoy por forma de vida? Si la vida fue la consecuencia de un proceso químico complejo, el origen del hombre también fue producto de un proceso, pero en este caso evolutivo. El hombre no apareció de golpe sino que fue fruto de un conjunto de adquisiciones. Una evolución, la humana, que no se ha detenido y que también nos permite preguntarnos en qué momento empieza realmente la vida de un ser humano, desde la fecundación al nacimiento. De dónde viene todo y de dónde venimos nosotros siguen siendo las grandes dudas en las que los científicos sustentan sus investigaciones para seguir avanzando. Juan García-Bellido trabaja desde la física teórica para dar con las claves del posible origen y también del posible final del universo. Carlos Briones investiga qué pudo suceder para que la vida brotara en un primer momento. Eudald Carbonell estudia la evolución de nuestros primeros ancestros humanos para intentar dar respuestas a nuestro propio origen como especie. Anna Veiga ayuda a crear nuevas vida humanas. Y fuera de lo estrictamente científico, Salvador Pániker ofrece su visión filosófica del origen de todo.

El genoma más antiguo de nuestra especie aclara el cruce con los neandertales

Los restos de un 'Homo sapiens' que vivió en Siberia hace 45.000 años permiten concretar que ambos homínidos tuvieron hijos hace unos 55.000 años
                                                        Svante Pääbo, a la izquierda, sostiene el fémur hallado en Siberia / Nature
La historia de nuestra especie es como un queso suizo. Desde la aparición del Homo sapiens en África hace unos 250.000 años, nuestras peripecias por el mundo son un compendio de partes alimenticias y agujeros llenos de nada. Gracias a los restos humanos que se han encontrado hasta la fecha, hay épocas en las que conocemos cómo vivían nuestros ancestros, con qué animales lidiaban e incluso con qué otras especies tuvieron hijos. Luego hay agujeros que abarcan decenas de miles de años de los que desconocemos casi todo. Es como si cerrásemos los ojos un día cualquiera de los felices años veinte y al abrirlos estuviésemos en el Berlín arrasado de 1945.

Hoy un viejo hueso encontrado en Siberia llena uno de los agujeros de ese queso. Se trata del fémur renegrido de un hombre de edad desconocida que vivió hace 45.000 años, los restos más antiguos de nuestra especie que se han encontrado y datado de forma directa en Europa y Asia, según sus descubridores. Un equipo de investigadores en Alemania, Rusia, España, Francia, EEUU, Canadá y Reino Unido ha logrado secuenciar el genoma completo de aquel individuo y aclarar episodios importantes en nuestra historia, como la fecha aproximada del cruce con los neandertales, el origen de la división que dio lugar a los asiáticos y los europeos o incluso el menú de nuestros ancestros poco después de que llegasen a Europa desde África.

La dieta que consumimos deja una marca en los huesos. Se trata de una determinada proporción de isótopos de carbono y nitrógeno que indican qué comía una persona de cinco a 10 años antes de su muerte. El médico e historiador español Domingo Salazar-García ha sido el responsable de analizar los isótopos del fémur hallado en Rusia. “Lo que encontramos es que, además de carne de animales terrestres, también consumían proteínas provenientes de cursos de agua dulce, peces o cangrejos de río, por ejemplo, y esto es algo que no se ha encontrado nunca en restos neandertales”, explica el experto. Los datos apuntan a que los humanos modernos supieron adaptarse bien a su nuevo entorno en Eurasia y tener una dieta variada. “Esto en parte puede explicar por qué acabaron teniendo éxito y sobrevivieron, al contrario que los neandertales”, señala Salazar-García, que trabaja a caballo entre el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, la Universidad de Valencia y la Universidad de Ciudad del Cabo, en Suráfrica.

El fémur fue hallado al Oeste de Siberia, a las orillas del río Irtish, un gran curso fluvial que nace en China y llega a Rusia tras cruzar Kazajistán. El genoma de aquel hombre, el más antiguo que se ha obtenido de nuestra especie, permite comparar mucho mejor a los humanos que vivían en Europa en aquellos tiempos: sapiens, neandertales y un tercer grupo conocido como denisovanos y cuyos restos también se encontraron en Siberia. Esto ha permitido afinar la fecha en la que los Homo sapiens y los neandertales se cruzaron teniendo descendencia fértil. Fruto de aquel cruce, todos los humanos procedentes de fuera de África tienen en torno a un 2% de ADN neandertal. Según el nuevo estudio, publicado hoy en Nature, el cruce entre ambas especies sucedió hace unos 55.000 años (5.000 años arriba o abajo). En otras palabras, las dos especies se habían cruzado unos 10.000 años antes de que naciera el hombre cuyos restos se encontraron a orillas del Irtish. Hasta ahora la horquilla temporal era mucho mayor, de entre 86.000 y 37.000 años, según ha explicado Chris Stringer, experto en evolución humana del Museo de Historia Natural de Londres.

El estudio ha sido dirigido por Svante Pääbo, investigador del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck y también responsable de la secuenciación de los primeros genomas de neandertales y denisovanos. En su estudio han comparado el nuevo genoma con el de 50 poblaciones humanas actuales. El individuo de Siberia parece más emparentado con los actuales europeos y asiáticos que con los africanos, lo que indica que perteneció al grupo humano que abandonó África y llegó hasta Europa. Las comparaciones genéticas con humanos actuales también apuntan a que aquel hombre vivió aproximadamente en el tiempo en el que se separaron dos grandes ramas del árbol humano. Una se dirigió hacia Asia y la otra hacia Europa.


“Puede decirse que era el ancestro de todos los europeos y asiáticos”,explica el paleoantropólogo Carles Lalueza-Fox, que trabaja en la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC. Lalueza-Fox no ha participado en el estudio, pero fue uno de los revisores del estudio. “Es un trabajo importante porque nos acercamos mucho al momento de la hibridación, de hecho aquel individuo estaba mucho más cerca de ese cruce que de nosotros", destaca. El investigador también encuentra plausible la hipótesis sobre la dieta de los primeros humanos modernos de Europa. “Una de las cosas que siempre se encuentran en yacimientos de humanos modernos son arpones de hueso en zonas donde no había mar, lo que nos indica que pescaban; es algo que nunca se ha hallado en asentamientos neandertales”, apunta.
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